Hemos aprendido muchas lecciones desde el inicio de la pandemia. En todo el mundo se están llevando a cabo programas de vacunación y se están tomando medidas para proteger a las personas de las consecuencias del virus. Pero también nos hemos dado cuenta de que algunos métodos son más eficaces que otros para evitar la propagación de la enfermedad.
Cada vez hay más consenso en que la principal vía de infección de COVID-19 es la aérea. Esto hace que mejorar la calidad del aire y la ventilación en interiores sea una de las formas más eficaces de reducir el riesgo de entrar en contacto con agentes patógenos nocivos. El número de cambios de aire por hora (ACH) determina si el aire interior está suficientemente filtrado con aire limpio.